ESCENA 1:
(Al comenzar la acción en cenital Elizabeth Ruiz; cabeza baja. Sobre el pavimento un cuerpo de mujer dibujado. Se escuchan gritos, gente que se acerca, llora, gime y camina y corre alrededor del cuerpo dibujado.)
ELIZABETH:
Hoy amanecí sin manos; huyeron de mi. Ya no podré trabajar; no recibiré mi sueldo. Y pasa que este asunto de las manos me preocupa; porque no sé a dónde fueron a parar. No sé qué me levantó en la madrugada; me fumé un cigarrillo y me dormí otra vez. Y en el sueño tenía mis manos y además tenía una pelvis hermosa... En el sueño; allí donde mis manos no se perdieron. Y ahora estoy sin manos; si estuviesen atadas, solo tendría que desatarlas. Voy a encontrar mis manos; señor, es imposible seguir disimulando que las tengo.
(Se escucha un grito desgarrador)
APAGÓN.
ESCENA 2:
(Salen por diferentes entradas cinco personajes a auxiliar a Elizabeth. Gritan desesperan; lloran, reclaman.)
ALBERTO:
Elizabeth; ¿cómo te atreviste?. Estás destrozada. Déjenme ayudarla...
MACHACACA:
¡Se reventó toda.! ¡Tenemos que levantarla!
MUJER 1:
¡Ayy Dios!, ¡ay Dios! ¡Que horrible! ¡Yo la vi caer!
MADRE:
Elizabeth; ¡Párate de ahí!
JOSÉ:
Pobre chama...
RAQUEL:
¡No puedes morir!
(Todos gritan al unísono, caótico)
(APAGON)
ESCENA 2:
En este espacio hay muchas sábanas guindadas. Una lavadora vieja encendida, una batea, una mochila llena de ropa. Los monitores se encienden)
ELIZABETH: (EN OFF)
La luz del poste relampaguea. Los puedo ver. Son mis amigos de la noche. El Cuervo los guía a un viaje de odio y de pelea. Los estoy mirando y sé que mi sombra los persigue.
VOZ DE HOMBRE: (EN OFF)
Elizabeth ya no podía vivir en este mundo. Traicionó a los suyos. Se reventó los huesos de tanta rabia...
ELIZABETH: (EN OFF)
Rompí la acera. Y es que no podía reventar la vida. Perdí el rumbo; solo vi el callejón... (GRITA) ¡No estoy aquí para explicar mi muerte!... ¡Estoy aquí para gritar mi desconsuelo! He subido a golpes; a tientas por estas calles rotas de miseria. ¡Y es tanto el dolor de todos ellos.! Dios; ¿dónde estás que no nos escuchas? Todos esperan mi muerte; me persiguen, me odian; claro es que me parezco a ellos; tan groseros, y tan perdidos. Dame un poco de monte para poder volar un rato hasta la vida. Es que este hueco donde estoy se ha vuelto muy feo; triste sin música, sin amigos. Ay; Dios; ¿por qué es así esta vida.? ¡Ay Dios!, tu estás tan lejos de mi dolor...
¡Yo conozco a una vecina de nombre Elizabeth Ruiz! El tema del suicidio está bien planteado. Elizabeth Bonilla.
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