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Dramaturga venezolana. Escritora de cuentos y novelas. Profesora de historia. Escritora de televisión, asesora de escritura de telenovelas, instructora talleres de guiones de cine. Autora de novelas.

CASA EN ORDEN

Preyecto: "Macho macho"

Preyecto: "Macho macho"
Afiche, realizado por Jorge Ibarra

!VIOLENTO! Todas las instacias de la violencia en Venezuela.

!VIOLENTO! Todas las instacias de la violencia en Venezuela.
La historia de un niño de la calle, llamados ahora " niños de la Patria.

miércoles, 10 de marzo de 2010

GRITOS, CRÍMENES Y SORTILEGIOS. Ana Teresa Sosa


ESCENA 1:

(LAURA CON UNA DORMILONA SUCIA Y ALGO MANCHADA DE SANGRE. MARIA CON UNA DORMILONA NEGRA. LAURA ORGANIZA LA VAJILLA SOBRE LA MESA, CON MOVIMIENTOS MECÁNICO. SUS  MOVIMIENTOS SE VAN HACIENDO MAS HISTÉRICOS. LAURA EN UN RINCÓN CONTRA UNA PARED, MIRANDO AL VACÍO. SE ESCUCHAN RUIDOS DE PLATOS, DE CRISTAL, DE OLLAS EN COCINA. MURMULLOS DE MUJER, LLANTOS Y GRITOS.)

LAURA:
¿Cuántos platos van sobre la mesa.? ¿Doce, veinticuatro, treinta y dos? Los tenedores limpios, todo en su puesto, a punto, sobre el mantel, lavado con agua hirviendo; blanco. La sopa humeante; siempre debe haber sopa sobre mi mesa, es la ley... ¿Cuántos platos van sobre la mesa.?

MARIA: (EN TONO DE LLANTO)
Estoy perdida. Ando entre dos amores, entre dos caminos que separan mi alma atormentada, por tanto. Haciendo, haciendo siempre. Una mujer quiere soñar, el tiempo la devora completa. Quiere sentir, unos ojos no dejan de mirarla, quiere vivir, ¡debe cumplir ! ¡No quiere llorar!

LAURA: (MIRANDO A LO LEJOS)
¡ Ya vienen!, ¡ya llegan! Con sus gritos, con sus alegrías, con su vida adentro, con sus amenazas, con sus besos... ¡Me asustan!

MARIA:
¡Cristales rotos! Otra vez ese sonido. ¿Qué es lo que se rompe? ¿Será mi pecho?, ¿será mi estómago?, ¿Será? ¿Será mi corazón? ¿Acaso, tu no escuchas?

LAURA:
No escucho que se rompan cristales.

MARIA:
¿Y esos gritos? Son gritos de hombres. ¿No los escuchas?

LAURA:
No.

MARIA:
Son hombres peleando.

LAURA:
Ellos siempre pelean. Con sus voces, con sus manos, con sus cuerpos. ¿No sé por qué? Me imagino que quieren destruirse...

MARIA:
¿Y esa mujer que grita, y grita como de dolor profundo. ¿Será la vida que le duele; o será la muerte que se acerca.?

LAURA:
¿Cuántos platos van sobre la mesa; quince, treinta y dos? Todos ellos duermen su cansancio; sus camas limpias, sus dientes en sus puestos... ¿Y mis sonrisas?
( HACE MUECAS CON LA BOCA Y SE TOCA LOS DIENTES) ¿ Qué quieres ahora.? Amor, amor, amor... ¡Yo lo único que amo, es el amor!

MARIA:
¡Corre, corre! Que la vida se te va y casi ni has vivido. Mueve las caderas, pon la mesa, tiende la cama, lava la ropa, escucha mis lamentos, sonríe siempre. Mueve tus pelvis, así, así...

LAURA:
¿Y este plato dónde va.? Y la ropa está tan sucia, y allí está el condominio cobrando, y mi cabello está tan feo. Y la ropa curtida, sucia, y la piel está reseca, vieja, ajada y busco con mis ojos el cielo azul y el día pasó tan rápido que de ayer a hoy, pasaron veinte años y mi sonrisa de ayer hoy es solo una mueca  y mis ojos ya no miran, sigilan y mi sexo se escondió muy debajo de mi vientre ¿Y mis piernas, donde se fueron.? (CANSADA EN LAMENTO) Mis piernas; que antes eran hermosas...

MARIA:
Una mujer calla.  Mira su rostro en el espejo, empolva su piel, pinta  sus cejas, sus labios, sus pestañas, sus mejillas. Perfuma su cuerpo. Busca en sus adentros su sonrisa, la coloca en su boca. Afina su voz, la hace hermosa. Viste de seda sus piernas... Camina... Uno, dos, tres. Estoy hermosa...

LAURA CORRE DE UN LADO AL OTRO CON PAROXISMO.

LAURA:
El reloj marca su alarma, todos duermen. Me levanto sigilosa, hago café, hago comida para todos. Los levanto, nunca quieren pararse de sus camas. Peleo contra todos, al fin, después de la batalla, se van.  ¡La nevera está sucia! debo limpiarla, saco los hielos, la limpio, la limpio... (CAE RENDIDA. EN UN SUSPIRO) ¡Yo quiero soñar.!

(MARIA CORRE A LA VENTANA. LAURA VA TRAS ELLA)

MARIA:
El ahora está allá afuera. Mira que bello; me espera. Voy a encontrarlo. El me dice que tiembla cuando me mira, así lo quiero siempre. Que tiemble por tanto amor sentido.

LAURA:
¡Cuidado con el plato que se rompe!. Tengo tanto desconsuelo. Anoche no pude dormir con esta angustia que tengo siempre. ¿Serán los recibos por pagar, o las dudas que me agobian? ¿Esta sed de saberlo todo?, o los platos sucios en el fregadero... ¡ Que no se les ocurra a los hombres “esos” inventar otra intentona, si van a fallar.!

MARIA:
Habría que desarmar a los niños. Cambiarles pistolas por sueños. Ojalá a alguien se le ocurriera decretar como ley sagrada, infancia para todos los niños. Nuestros hijos se desangran y todos callan...

LAURA:
La mesa está en su sitio, la comida caliente... Tienen hambre, se lo tragan todo. Yo hace mucho que no pruebo pan alguno...

MARIA:
¿Y eso por qué.?

LAURA:
Tengo asco adentro.

MARIA:
Será que odias la vida.

LAURA:
Será... No hay placer en mi lengua.

MARIA:
Eso es la muerte entrando a tu vida.

LAURA:
No quiero morir, pero la sopa no pasa.

MARIA:
Olvídalo todo ya.

LAURA:
No quiero darles nada...¡Quiero bailar.!

(APAGÓN)

ESCENA 2:

(BARRA DE BAR. JULIO Y MANUEL BEBEN RON. MIDEN SUS FUERZA CON LOS BRAZOS.)

MANUEL:
Te voy a ganar.

JULIO:
Yo ya te estoy venciendo...

MANUEL:
¡Yo soy arrecho... Soy arrechísimo.! ¡Soy el más grande.!

JULIO:
Ahh, tu hablas mucho.

MANUEL:
Noo, que va. Lo que pasa es que ando atormentado. Con tanta vaina...

(UN MANIQUI DE NIÑO DE DIEZ AÑOS, FRENTE A ELLOS. SOBRE LA MESA PAQUETES DE CALCOMANIAS, FLORES, COMPAC DE PORNOGRAFÍA. SE ENCIENDE EL TELEVISOR DEL BAR. VEMOS FOTOGRAFÍAS Y VIDEOS DE MENORES MUERTOS. JULIO Y MANUEL MIRAN LA TELEVISIÓN)

MANUEL:
Hay que desarmar a los niños. Cambiarles pistolas por sueños y caricias. Que no quieran ponerse esos zapatos horrorósos que los llevan al crimen y a la muerte. No han mudado sus dientes de leche y cuatro marcas en su piel  ya señalan sus estigmas... Sus ojos son cavernas oscuras, nunca te miran, solo quieren tu muerte. Les temo demasiado a su violencia. ¿Qué hacer con ellos.?

JULIO:
Ayer uno de “esos” quiso robarme, trató de aniquilarme; me acorraló en una esquina, me maquineó. Su pistola era tres veces su mano. ¿Y te aseguro que me iba a matar.! Temblaba tanto, como yo. En su mirada todos los odios de éste mundo acumulados. Todos los asesinos vivían dentro de su pequeño pecho. Yo no los quiero, tampoco me preocupa su salvación. ¿Por qué un muchacho de diez años me iba a matar a mi.?

MANUEL:
¡Era un niño.!

JULIO: (GRITA)
¡Era una máquina de matar.!

MANUEL:
¿Y lo mataste.?

JULIO:
No lo sé.

MANUEL:
El hambre de alimento,  los convierte en monstruos.

JULIO:
Ahh, ellos roban zapatos...

MANUEL:
Son juguetes...Los niños de este país, andan por las calles matando y muriendo y nadie dice nada.

JULIO:
Son engendros.

MANUEL:
¡Engendros del abandono! ¡De la injusticia, de los desprecios, del odio, de la indiferencia de nosotros!  ¡Eso es lo que son.!

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